Los servicios de restauración colectiva nos acompañan en todas las fases de la vida. Alimentamos desde la infancia (en guarderías y colegios) hasta la vejez en los últimos años. Somos responsables de dar de comer y cuidar a niños, estudiantes, trabajadores, ancianos… Ya que estamos presentes en todas etapas de la vida, como la universidad, el trabajo en empresas o en la administración, hasta hospitales, cárceles o el ejército, entre otros.
Un sector que afecta diariamente a un gran colectivo de consumidores especialmente sensible como son los niños, los enfermos o las personas de la tercera edad, por los que trabajamos en ofrecer un servicio de calidad y saludable, con los mejores productos del mercado, aportando una alimentación equilibrada y garantizando una exhaustiva seguridad alimentaria.
Nuestras principales diferencias, con respecto a los servicios de restauración comercial, giran en torno a cuatro aspectos clave: