Conscientes de nuestra responsabilidad social, Food Service España mantiene unos compromisos - tanto a nivel nacional como europeo – con la seguridad alimentaria, la lucha contra la obesidad, así como la sostenibilidad medioambiental, social y económica.
La obesidad y el sobrepeso suponen un serio problema de salud pública cuando son dos condiciones que se pueden evitar siguiendo una dieta equilibrada y saludable. Food Service España se compromete a contribuir para prevenir la obesidad con prácticas saludables en los comedores tales como:
Con el objetivo de promover hábitos de vida saludables en escolares de educación primaria (6-10 años) a través de un programa educativo movilizador con participación de los profesores, familia, centros escolares y los centros de salud primaria.
El programa se ha ido dotando de un material didáctico y de formación propio, en el que se encuentra la Guía de comedores escolares, con el objetivo de apoyar y sensibilizar en este empeño a toda la comunidad educativa.
Desarrollo de una guía dirigida a la población escolar de educación primaria con el objetivo de prevenir la obesidad infantil y favorecer la adquisición de hábitos alimentarios saludables.
Establecer un conjunto de directrices únicas a nivel nacional, que deben seguirse en la planificación de los menús escolares.
Documento de referencia que busca ofrecer, de la forma más accesible, todos los instrumentos necesarios para la adjudicación de contratos en base a una adecuada proporción entre los criterios calidad-precio.
La guía permite ofrecer mayor transparencia en los procesos de adjudicación, mejor análisis de las necesidades de las entidades, una respuesta más en línea con las demandas del cliente, mejoría en los niveles de sangre, higiene y seguridad alimentaria.
Aumentar la información a nuestros clientes (colegios, hospitales, residencias de la tercera edad, ejército, empresas, etc.) sobre la necesidad de ofrecer al consumidor final (niños, enfermos, personas de la tercera edad, etc.) una alimentación variada como parte de una dieta bien equilibrada.
Trabajar en la promoción del consumo de fruta y verdura (5 al día) y limitar la oferta de comidas ricas en grasas, promover el consumo de productos lácteos, especialmente la leche, el consumo de pescado y asegurar una disponibilidad adecuada de agua.
Reducir la sal y el azúcar que se utiliza en la elaboración de las comidas y limitar la promoción de alimentos y bebidas ricos en azucares.
Promover que las condiciones ambientales en las que se consumen las comidas también determinen una manera saludable de comer (tiempo para disfrutar la comida en un ambiente apropiado).
Mejorar la información que llega al consumidor final sobre los productos que se consumen.
Establecer una comunicación adecuada con los proveedores para alcanzar la mejor trazabilidad.
Animar a los miembros a participar voluntariamente en las campañas nacionales sobre dieta, actividad física y salud que promocionan los gobiernos de los Estados miembro.
Desarrollar programas educativos sobre alimentación y buenos hábitos alimentarios, en colaboración con las autoridades locales y las asociaciones de padres y madres, allí donde sea posible.
Utilizar el Diálogo Social Europeo como plataforma para animar a los miembros a que promocionen estilos de vida más saludables.